Once maravillosos episodios sinfónicos

Con una vestimenta especial, Gustavo Cerati presentó “Once episodios sinfónicos”. Una obra única, descollante. Para disfrutar por siempre.

El pasado 6 de agosto se cumplieron 10 años de uno de los hitos más importante de la música argentina contemporánea. Ese día de 2001, en el teatro Avenida de la Capital Federal, Gustavo Cerati deslumbró con un concierto extraordinario, donde se plasmaron en CD y DVD esos once episodios sinfónicos, que ya son parte de la historia.

Gustavo 100%. Micrófono en mano, los ojos entrecerrados en contacto con su público y la inspiración en su punto máximo

Con una orquesta de primera calidad compuesta por 50 músicos y con la dirección de Alejandro Terán, Cerati fue desgranando una a una todas esas melodías, en versión sinfónica, para deleite de los (afortunados) presentes.

La obra salió a la venta en pleno conflicto social argentino (noviembre/diciembre 2001) y nunca se reeditó. Este hecho se sumó para hacerlo aún más mágico, ya que quienes pudieron adquirirlo lo atesoran como lo que es: una pieza de colección.

El árbol mueve su copa mientras la tempestad parece arrasar todo con su potencia. La luz de Cerati contrasta con el gris azulado de un cielo tormentoso en la tapa del DVD.

Con la delicada sensibilidad con la que siempre trató a cada una de sus criaturas, Cerati hizo convivir allí a piezas de todas las épocas. Desde El Rito, Persiana Americana y Signos, pertenecientes al disco de Soda Stereo que lleva este nombre, cosecha 1986 hasta Bocanda, Verbo Carne y Raíz, de su segundo trabajo como solista de 1999.

Una muy buena síntesis de los que fueron aquellos episodios en esta composición: la orquesta, el director, Certai y más allá la tormenta…

Las otras composiciones que se dieron cita fueron Canción animal, Corazón delator, A merced, Sweet Saumerio y Un millón de años luz. El trabajo en DVD traía cuatro inéditos: Pasos, Fue, Lisa y Hombre al agua.

La primera entrevista que Soda Stereo dio a un medio escrito fue en la revista Pelo. Bajo el título “efervescencia pura”, los fabulosos tres cuentan sus ambiciosos proyectos desde aquel lejano ´84.

Lejos habían quedado las épocas de los inicios, allá por los tempranos ochenta, cuando junto a Charly Alberti y Zeta Bosio soñaban con difundir sus primeras creaciones. Si bien llevaban cuatro años separados, Soda Stereo ya era una marca indeleble en el alma de toda una generación que nunca los podrá olvidar.

Con Signos se cerró este maravilloso concierto. Como dijo una vez un poeta catalán: “El patio de butacas aplaudió con frenesí”. 

Estos bellos episodios sinfónicos nos acompañan y preservan la sensibilidad, mientras todos esperamos que el milagro sea una realidad. Aquí estaremos, Gustavo

PD: Dedicado a mi amigo Gustavo Cima, fanático absoluto y total de Cerati.


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