Pasaron 30 años y el título de la nota previa de El Gráfico tiene una actualidad que asombra. Ya en 1981, la Copa Davis era un sueño para el tenis argentino. Para aquella ocasión se contaba en el equipo con un José Luis Clerc que atravesaba el mejor momento de su carrera y un Guillermo Vilas dispuesto a darlo todo en pos del objetivo, pese a las rencillas personales entre ambos. En la previa, parecía derrota contundente, ellos hicieron posible una hazaña.
Con la formalidad que el sorteo imponía, el equipo argentino, impecablemente vestido, posa a la espera de lo que iban a determinar las bolillas. Finalmente, todo salió como deseaba en elenco nacional y Clerc enfrentó el primer día a Tanner. Desde la derecha, con lo mejor de sus respectivos guardarropas, el capitán Carlos Junquet, Eduardo Bengoechea, José Luis Clerc, el preparador físico Juan Carlos Belfonete, Guillermo Vilas y Ricardo Cano.
Para sorpresa de muchos, la histórica final puedo verse por Canal 2, que era la emisora de menor raiting de las cinco que se podían sintonizar en Capital y Gran Buenos Aires. Una gran parte de la población (entre los que me incluyo) no tenía la posibilidad de captarlo con claridad, ya que su antena se encontraba en la ciudad de La Plata y no emitía con gran potencia. Los relatos estuvieron a cargo de Carlos Asnaghi.
Una imagen para la historia, de los pocos registros que han quedado del fantástico match de dobles. En la previa, este era el punto más seguro para Estados Unidos, pero la fantástica labor de la pareja argentina hizo rozar la hazaña, al punto que Vilas sacó 7-6 en el quinto set. Jugaron durante 4 horas y 21 minutos y la victoria quedó del lado de Mc Enroe-Fleming por 6-3 4-6 6-4 4-6 11-9.
José Luis Clerc pega su drive sobre la carpeta del River Front Coliseum de Cincinanati, escenario de un fin de semana brillante para el entonces número 4 del mundo. El primer día venció en set corridos a Roscoe Tanner (poseedor del saque más potente del circuito), arañó la gloria junto a Vilas en el dobles y el domingo, frente al fantástico John Mc Enroe, desarrolló una tarea excelente, cayendo recién por 6-3 en el quinto set.
La síntesis de un fin de semana inolvidable. Se perdió ante la potencia más importante del momento como visitante, que tenía un jugador imbatible en su superficie. Muchas coincidencias, 30 años, como para poder darnos el gusto de la revancha. ¡Vamos Argentina!